Se ha comprobado en un nuevo estudio que una sustancia artificial destruye a ciertos compuestos químicos que inducen la respuesta alérgica en personas sensibles. El hallazgo podría conducir al desarrollo de tratamientos muy potentes y rápidos para reacciones alérgicas agudas.
La investigación la han llevado a cabo científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en California, así como de la Universidad de Berna en Suiza.
El nuevo inhibidor desarticula a los anticuerpos IgE, que desempeñan un papel fundamental en las alergias agudas. El inhibidor lo consigue por la vía de separar al anticuerpo de su "cómplice en el crimen", una molécula llamada FcR. (Otros mecanismos llevan a reacciones alérgicas de curso más lento).
Este inhibidor con el que ha trabajado el equipo de Ted Jardetzky, profesor de biología estructural, podría, en teoría, convertirse en un fármaco capaz de desarticular con celeridad los anticuerpos IgE en plena reacción alérgica aguda.
Una miríada de alérgenos, desde ciertas clases de polen, hasta componentes de frutos secos, pueden activar a los anticuerpos IgE, produciendo reacciones alérgicas en cuestión de segundos. El nuevo inhibidor destruye el complejo que enlaza a los anticuerpos IgE con las células responsables de la reacción, llamadas mastocitos.
Cuando por primera vez un alérgeno potencial penetra dentro del cuerpo, el organismo de algunas personas responde produciendo anticuerpos IgE contra ese alérgeno real o aparente.
Estos anticuerpos perduran mucho tiempo después de que el alérgeno inicial se haya eliminado del cuerpo. La mayoría de los anticuerpos quedan enlazados a receptores específicamente preparados para los IgE, los FcRs. Dichos receptores están expuestos en la superficie de los mastocitos. Los mastocitos, en consecuencia, están preparados para reaccionar la próxima vez que una persona se exponga al alérgeno.
La disociación de esta interacción IgE-FcR es un objetivo muy codiciado para los científicos que buscan nuevos tratamientos de la alergia. Ese afán se debe a una buena razón: Los mastocitos recubiertos de IgE son como granadas de histamina. El reencuentro con el alérgeno equivale a tirar de la anilla de la granada.
Cuando un alérgeno visita un organismo donde otros de su mismo tipo ya estuvieron antes, se enlaza a la IgE precargada en la superficie de los mastocitos, desencadenando la liberación de mediadores inflamatorios, incluyendo la histamina, que promueven la respuesta alérgica. Como bien saben las personas alérgicas, estas reacciones desagradables pueden iniciarse en cuestión de segundos. Una respuesta alérgica severa puede resultar en un repentino shock anafiláctico y provocar la muerte.
El equipo de Jardetzky descubrió que un inhibidor llamado DARPin E2-79 separa al anticuerpo IgE del receptor del mastocito. Usando este inhibidor, una interacción que normalmente dura horas o días dependiendo de su estabilidad, es truncada en cuestión de segundos.
En la investigación también han trabajado Beomkyu Kim, Alexander Eggel y Svetlana Tarchevskaya.